La red de centros de datos de la ONU está formada por dos instalaciones, una se encuentra en Italia y la otra en España, en concreto en el municipio de Quart de Poblet muy cerca de la ciudad de Valencia.
El Data Center tiene como finalidad conectar y comunicar a miles de personas que trabajan en operaciones humanitarias alrededor del mundo. Hasta el 2009 la ONU contaba con un único centro de datos en Brindisi (Italia), el organismo internacional cuenta hoy con dos CPDs “interconectados de manera lógica creando una única entidad, pero separados geográficamente.
“Valencia se encuentra en un lugar privilegiado en términos de huella satelital, lo que facilita la conexión por satélite a todas las áreas donde estamos trabajando”
España resultaba elegida frente a otros candidatos por tener “una situación geográfica óptima para las comunicaciones satelitales, unas infraestructuras excelentes de servicios, electricidad y comunicaciones y una muy buena capacitación de los profesionales, titulados en la Universidad de Telecomunicaciones de Valencia”, apunta Gonzalo de Murga, jefe de infraestructura tecnológica de la base de Naciones Unidas en la ciudad.
Aunque similar a las instalaciones de Italia en servicios, la base de la ONU en Valencia presenta una estructura singular. Situado próximo al aeropuerto de la ciudad, el data center está dividido en dos edificios simétricos con forma circular, de aproximadamente 240 m2 cada uno, diseñados por la firma Cano Lasso de Madrid y construidos como un búnker de hormigón armado.
La superficie total dedicada al procesamiento de datos es de casi 1.000 m2, en los que se incluye una sala de acero tipo Faraday de 187 m2. En ella están instalados los transmisores de radiofrecuencia que se conectan a las antenas parabólicas de la base: dos de 16 metros de diámetro, que apuntan a satélites en el Océano Atlántico y en el Índico, y tres de 9 metros de diámetro.
“Al encontrarnos tan cercanos al aeropuerto, la sala Faraday impide que las interferencias del exterior lleguen al centro de datos, o que las interferencias que pudiéramos generar nosotros salgan de las instalaciones”, matiza De Murga. Junto a estas instalaciones se sitúan dos edificios para uso administrativo.
Diseñado de manera eficiente
El CPD incorpora las últimas tendencias en eficiencia. El diseño de pasillos frío/caliente o la contención del aire frío mediante cortinas de PVC son medidas que contribuyen a la efectividad del sistema de aire. En el diseño del edificio se previeron plenums de aire frío bajo el suelo técnico –unos 85 centímetros– y de aire caliente sobre los racks –el techo se sitúa a 3,5 metros por encima de los armarios. La estructura de hormigón, además, aumenta el índice de inercia térmica del edificio.
Pero las instalaciones de la ONU van mucho más allá en la búsqueda de eficiencia. Por una parte, disponen de un sistema de free cooling directo que el pasado invierno alcanzó las 3.000 horas de operación, y que pretenden optimizar hasta las 3.500 horas. Además, la base acogerá una granja solar capaz de producir al menos un tercio del consumo de la estructura. De los 2,5 megavatios que las instalaciones consumirán, la ONU prevé conseguir como mínimo un megavatio a través de energía solar. Por ahora, los paneles fotovoltaicos instalados generan ya 200 kW.
La ocupación crecerá progresivamente para ofrecer servicios no solo a las misiones de paz, sino también a otras agencias de la ONU, que por ahora tienen pequeños centros de datos o bases de datos en data centers privados.
“Las comunicaciones son un elemento vital en el trabajo que llevan a cabo las Naciones Unidas. Desde estas instalaciones podremos fortalecer la capacidad de la organización y de su personal, facilitando la conexión permanente 24/7”, concluye De Murga.
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